Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y Enfermedad Renal Crónica (ERC): Un llamado a la acción 

La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una condición de salud pública global que afecta aproximadamente a 850 millones de personas en todo el mundo. Es la tercera causa de mortalidad de más rápido crecimiento a nivel global y se prevé que su prevalencia aumentará en los próximos años. La ERC tiene un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes y su entorno, generando una carga económica considerable para los sistemas de salud.1

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas son un conjunto de 17 objetivos interconectados que buscan abordar los desafíos globales más apremiantes, como la pobreza, el hambre, la desigualdad y el cambio climático.La ERC está directamente relacionada con varios de estos objetivos, y abordar la enfermedad de manera efectiva puede contribuir significativamente al logro de los ODS.1

La ERC como causa principal de mortalidad prematura prevenible

Si la ERC se priorizara como una de las cinco principales causas de mortalidad prematura prevenible, podríamos avanzar considerablemente en el logro del Objetivo 3.4 de los ODS, que busca reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles (ENT) en un tercio, en el año 2030.1,2

La ERC es una enfermedad prevenible y tratable. Al implementar estrategias de detección temprana, intervención oportuna y manejo adecuado, podemos reducir significativamente la carga de la enfermedad y salvar vidas.1

La lucha contra la ERC y su contribución a otros ODS

La lucha contra la ERC no solo beneficia el Objetivo 3.4, sino que también contribuye al logro de varios otros ODS, incluyendo:1,2

  • Objetivo 1 (Fin de la pobreza): La ERC tiene un impacto desproporcionado en las poblaciones de bajos y medianos ingresos, lo que a su vez conduce a intensificar y perpetuar el estado pobreza. Abordar la ERC puede ayudar a romper este ciclo y mejorar las perspectivas de vida de las personas más vulnerables.
  • Objetivo 2 (Equidad de género): El sexo y género influyen en las causas de la ERC, el perfil de comorbilidades y la evolución de la enfermedad en el tiempo. Estas diferencias probablemente se deban a factores biológicos, sociales y sistémicos. Por ejemplo, las mujeres tienen 29% mayor probabilidad de tener ERC que los hombres, pero los hombres tienen más probabilidad de muerte por ERC que las mujeres. Adicionalmente los hombres tienen 47% mayor probabilidad que las mujeres de acceder a diálisis o someterse a un trasplante de riñón. En cohortes de población general de edad avanzada, las mujeres tenían una tasa de filtración glomerular (TFG) inicial más baja, aunque los hombres tuvieron una disminución más acentuada de la TFG con el tiempo. Abordar las desigualdades de género en el acceso a la atención médica puede ayudar a reducir la brecha de género en la incidencia y mortalidad por ERC.
  • Objetivo 6 (Agua limpia y saneamiento): El incremento de la salinidad del agua potable en las zonas costeras a causa del aumento del nivel del mar se ha relacionado con mayores tasas de preeclampsia e hipertensión gestacional, además de hipertensión y albuminuria en la población general, todos los cuales son factores de riesgo para la enfermedad renal.  La falta de agua limpia favorece infecciones como causa importante de Injuria Renal Aguda (IRA). Garantizar el acceso universal a agua potable y saneamiento adecuado puede ayudar a prevenir la ERC y otras enfermedades relacionadas con el agua.
  • Objetivo 8 (Trabajo decente y crecimiento económico): La ERC puede tener un impacto significativo en la capacidad de las personas para trabajar y contribuir a la economía. Al reducir la carga de la enfermedad, podemos ayudar a crear una fuerza laboral más saludable y productiva.
  • Objetivo 10 (Reducción de la desigualdad): La ERC afecta de manera desproporcionada a las poblaciones marginadas y desfavorecidas. Abordar la enfermedad puede ayudar a reducir las desigualdades en salud y mejorar el bienestar general de estas comunidades.
  • Objetivo 13 (Acción por el clima): Los factores ambientales y la inestabilidad climática contribuyen al mayor riesgo de enfermedad renal a nivel mundial. Se estima que, en 2019, hasta el 8% de las muertes por ERC fueron atribuibles a temperaturas ambientales no óptimas (altas o bajas). Por ejemplo, la exposición persistente a altas temperaturas, particularmente para trabajadores de la agricultura y al aire libre de países de medianos y bajos ingresos, aumentan el estrés por calor, lo que exacerba el riesgo de enfermedad renal. Abordar el cambio climático puede ayudar a proteger la salud renal y promover el desarrollo sostenible.

Incluir la ERC en la lista de principales ENT de la OMS

La inclusión de la ERC en la lista de principales ENT de la OMS permitiría un mayor enfoque y recursos para la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento de la enfermedad. Esto se traduciría en mejores resultados de salud para las personas con ERC en todo el mundo y ayudaría a cerrar las brechas existentes en el acceso a la atención médica.1

Llamado a la acción para la comunidad médica

Los médicos tienen un papel fundamental en la lucha contra la ERC a través de las siguientes acciones:1

  • Aumentar su conocimiento y comprensión de la ERC.
  • Promover la detección temprana.
  • Proporcionar un tratamiento adecuado.
  • Abogar por políticas y programas que apoyen la prevención y el manejo de la ERC.

 

Referencias: 

  1. Francis A e al. Chronic kidney disease and the global public health agenda: an international consensus. Nature reviews nephrology. 2024. Disponible online: https://doi.org/10.1038/s41581-024-00820-6.
  2. Naciones Unidas. Objetivos de Desarrollo Sostenible. Disponible online:   https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/. Consultado en mayo 2024.