Consecuencias de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) para las poblaciones más vulnerables

Las enfermedades renales constituyen un problema global creciente que afecta de forma desproporcionada a las poblaciones con mayor nivel de pobreza, marginalidad y, por ende, más vulnerables, causando alto impacto a nivel de las personas, del sistema de salud y de la sociedad.

Aproximadamente 850 millones de personas en el mundo viven con Enfermedad Renal Crónica (ERC), la mayoría de las cuales habitan en países de medianos y bajos ingresos con infraestructura de atención primaria de salud insuficiente. Un gran porcentaje de esta población no tiene acceso a los recursos necesarios para un adecuado diagnóstico, medidas preventivas ni a tratamientos efectivos. 

Sumado a estas desventajas, 9 de cada 10 personas con ERC en países de medianos y bajos ingresos, no están conscientes de su condición, por lo cual no buscan atención.

Esta realidad promueve una dinámica que asocia a la enfermedad renal con factores de riesgo particulares y consecuencias más severas, generando una situación de vulnerabilidad para estas poblaciones, como se describe a continuación:

  • El aumento de la población y el envejecimiento proyectados en los países de medianos y bajos ingresos para las próximas décadas se traduciría en un gran incremento de la prevalencia de la ERC.

 

  • La carga de los factores de riesgo que tradicionalmente lideran la ERC en los países de altos ingresos como la hipertensión arterial, diabetes y obesidad, están aumentando rápidamente también en los países de ingresos medios y bajos, quienes, adicionalmente, enfrentan una diversidad de otros factores de riesgo cuya consecuencia es una mayor carga mayor asociada a esta enfermedad.

 

  • En estas poblaciones, las causas y los factores de riesgo de la ERC y de la Injuria Renal Aguda (IRA) diferentes a la diabetes e hipertensión arterial, contribuyen a dos tercios de la carga de estas enfermedades.

 

  • La IRA es más común en estos países, la deshidratación y las infecciones lideran sus posibles causas.  El 75% de los casos se debe a infecciones adquiridas en la comunidad, toxinas y complicaciones del embarazo.

 

  • Se estima que cada año se registran 13,3 millones de casos de IRA en el mundo, 11.3 millones en países de medianos y bajos ingresos.  De los 1,7 millones de decesos/años asociados con IRA, 1,4 millones ocurren en este grupo de países.

 

  • Los riesgos asociados con cambios ambientales, incluido el calentamiento global, toxinas, polución y disminución de la biodiversidad, afectan al planeta en general. Sin embargo, en estos países la capacidad reducida de adaptación y mitigación hace que sus poblaciones sean particularmente vulnerables a dichos riesgos.

 

  • EL estrés por calor es un contribuyente importante para la ERC en especial en agricultores y trabajadores en ambientes externos (nefritis intersticial crónica de los agricultores). El mecanismo propuesto incluye repetidos episodios de IRA y exposición a toxinas ambientales, pesticidas y metales pesados.

     

  • Los pueblos originarios, las poblaciones que viven en zonas rurales, migrantes, personas de edad avanzadas, afectadas por la pobreza o en situación de calle, son los más afectados por la enfermedad renal y los que desarrollan consecuencias más severas con progresión más rápida de la enfermedad.

Si la ERC continua sin detectarse en estas proporciones y, por lo tanto, sus consecuencias no son abordadas oportunamente, el número de personas que desarrollarán insuficiencia renal y que requerirán terapias de sustitución renal de alto costo, inevitablemente irá en incremento.  Se prevé que entre 2010 y 2030 esta cifra se duplicará. Si esta situación se asocia a la disponibilidad y acceso limitado a recursos para abordar esta es altamente probable que aumente la mortalidad por ERC en las poblaciones más vulnerables.

Los cambios en la dinámica poblacional predicen que en los próximos 20 años aumentará el número de personas con enfermedad renal en los países con nivel de ingreso más bajos, que a la vez son los menos preparados para brindar la atención requerida a estas poblaciones vulnerables. 

Los expertos internacionales reunidos para discutir este preocupante problema de salud exhortan a la comunidad médica a hacer visible la ERC y sus consecuencias para que los organismos internacionales como a Organización Mundial de la Salud (OMS) pueda incorporarla al grupo de Enfermedades No Transmisibles (ENT) con mayor impacto en la mortalidad prematura y, de esta forma, contar con los recursos necesarios para afrontarla de forma equitativa en todos los países.

Este artículo ha sido elaborado a partir del consenso de la Sociedad Internacional de Nefrología, Sociedad Renal Europea y Sociedad Americana de Nefrología, con el apoyo de otras sociedades internacionales.

 

Referencia: Francis A e al. Chronic kidney disease and the global public health agenda: an international consensus. Nature reviews nephrology. 2024. Disponible online: https://doi.org/10.1038/s41581-024-00820-6.